TheQuemoli
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Hola a todos, es la primera vez que me atrevo a escribir algo así, desde ya disculpen la informalidad de todo esto (no pondré nombres reales), pero vamos... ustedes quieren leer la carne del asunto, a partir de aquí, digamos que mi nombre es Diego y tengo 27 años, voy a contarles lo que sucedió un día de Mayo del 2018, en el distrito de Lince, espero no decepcionar a nadie, reitero, es mi primera vez escribiendo un relato erótico, más aun, compartiendo algo más en este gran foro, empezamos...
Para entrar en contexto, tuve una relación de 3 años con "Isabel", desde el 2016 hasta el año pasado, fue una relación con discusiones constantes, donde el problema usual eran los irracionales celos, sin embargo, siempre hubo un ápice de confianza, a pesar de considerarme un sujeto arrecho 24/7, si, muy arrecho, no tengo ningún roche en decirlo, debido a esto se me hace difícil conservar una relación, es un compromiso bastante complejo si tengo conectado el cerebro con la pinga.
Dentro de esta relación, pude conocer a la familia de Isabel, vivía con sus 2 hermanas y sus padres en una casa medio grande, en un segundo piso en el bonito (para mi) distrito de Lince.
Isabel, quien siempre fue una persona bastante abierta y arriesgada, no le importaba tirar conmigo en su cuarto sabiendo que sus padres estaban literalmente en el cuarto del costado, no importaba si yo me quedaba a dormir las veces que sea en su cuarto, sus padres no se inmutaban y siempre me recibían con una gran sonrisa, lo que me lleno de haaaaaarta confianza, en conclusión, estaba tan cómodo que prácticamente vivía en casa de Isabel, viendo muy seguido a su madre, "Maria".
Maria, ala Maria, llegado el primer verano, de ese 2017, empecé a alucinar a Maria, quien es una señora de 51 años, bien parada, buen porte, cara de tragona, cara de bandida, cara de pendeja, siempre maquillada, siempre se arreglaba, usaba unos vestidos que ponían fierro, shorts, falditas cortas, donde hacia resaltar tan bien esas gruesas piernas que tenía, sin duda era una tía con harto aguante, de barrio aunque medio que se computaba muy fina, delicada, la edad no se notaba en ella, excelente color, quizás un detalle que me hizo explotar de lujuria, sus pies, los pies bien cuidados, con eso ya te puedes imaginar lo bien cuidada que estaba. A pesar de no tener atributos exagerados, tenía las tetas de tamaño estándar, el culo igual, pero no me jodan, esas piernas era lo que mejor poseía. (Colocaré fotos más abajo, obviamente censuradas pero resaltando lo que realmente importa).
Siempre tuve una gran relación con Maria, la hacía reír, siempre, se alegraba bastante cuando llegaba, sobre todo cuando llegaba con detalles, hasta por un momento llegue a pensar que quizás estaba siendo más detalloso con Maria que con Isabel, mi firme. Creo que un don que tuve siempre fue el saber tratar con gente mayor, sobre todo con madres, desde que tengo uso de razón, siempre llegaba a ser el amigo preferido de las mamás de mis amigos.
Habían momentos donde me quedaba en la cocina con Maria, mientras esperaba a Isabel que salga de alistarse o que sea lo que haya estado haciendo, esos momentos para mí fue como plantar las semillas para lo que ocurriría después, en uno de esos momentos clave Maria estaba cocinando, me ofreció un vaso de chicha, yo veía sentado como lo hacía, obviamente mirando nada más que sus piernas, sus sandalias con plataforma que marcaban esas pantorrillas tan deliciosas... esto es lo que recuerdo...
- Maria: y a donde van hoy? yo pensé que se quedarían, para que prueben un poquito al menos del ají de pollo que estoy haciendo.
- Yo: Quedamos con unos amigos para ir a Miraflores, hay una mini feria de cositas que le gustan a Isabel, pero no se preocupe que yo pruebo ahorita, yo le doy el veredicto!
- Maria: Ya, ven, prueba ahorita dime que le falta
Para esto, me paré y me puse tan cerca de ella que pude oler ese perfume tan rico que usaba, un olor a vainilla algo fuerte, mezclado con un aroma a tía fuerte que añoraba una buena pinga joven.
- Yo: *mirando directamente a sus ojos después de probar* Esta buenazo, ese picor que le dejó le da el toque, tiene muy buena mano señito (como acostumbraba a decirle)
- Maria: *riéndose súper coqueta y mirándome con fuego en los ojos* Que bueno, si no te quedas, te voy a guardar entonces.
Si, quizás fue una interacción que muchos dirán que no dijo ni , pero para mí, fue como abrir una puerta nueva, se sintió una energía bieeeen lujuriosa, al volver a mi sitio la barrí completamente con los ojos, ella, quien se presentaba por primera vez de esa forma casi coqueta, siguió en lo suyo y de rato en rato me buscaba con la mirada, obviamente yo correspondía y seguíamos hablando de quien sabe que, hasta que Isabel salió, nos fuimos sin antes despedirme con un beso bien plantado en su mejilla, básicamente le chupe todo el cachete y su respectiva agarrada de cintura.
Si cuento las ocasiones en donde hubo interacciones similares, esto se extenderá demasiado, así que como dije al inicio, voy a ir directo a la carne...
(FOTOS REALES)

Para entrar en contexto, tuve una relación de 3 años con "Isabel", desde el 2016 hasta el año pasado, fue una relación con discusiones constantes, donde el problema usual eran los irracionales celos, sin embargo, siempre hubo un ápice de confianza, a pesar de considerarme un sujeto arrecho 24/7, si, muy arrecho, no tengo ningún roche en decirlo, debido a esto se me hace difícil conservar una relación, es un compromiso bastante complejo si tengo conectado el cerebro con la pinga.
Dentro de esta relación, pude conocer a la familia de Isabel, vivía con sus 2 hermanas y sus padres en una casa medio grande, en un segundo piso en el bonito (para mi) distrito de Lince.
Isabel, quien siempre fue una persona bastante abierta y arriesgada, no le importaba tirar conmigo en su cuarto sabiendo que sus padres estaban literalmente en el cuarto del costado, no importaba si yo me quedaba a dormir las veces que sea en su cuarto, sus padres no se inmutaban y siempre me recibían con una gran sonrisa, lo que me lleno de haaaaaarta confianza, en conclusión, estaba tan cómodo que prácticamente vivía en casa de Isabel, viendo muy seguido a su madre, "Maria".
Maria, ala Maria, llegado el primer verano, de ese 2017, empecé a alucinar a Maria, quien es una señora de 51 años, bien parada, buen porte, cara de tragona, cara de bandida, cara de pendeja, siempre maquillada, siempre se arreglaba, usaba unos vestidos que ponían fierro, shorts, falditas cortas, donde hacia resaltar tan bien esas gruesas piernas que tenía, sin duda era una tía con harto aguante, de barrio aunque medio que se computaba muy fina, delicada, la edad no se notaba en ella, excelente color, quizás un detalle que me hizo explotar de lujuria, sus pies, los pies bien cuidados, con eso ya te puedes imaginar lo bien cuidada que estaba. A pesar de no tener atributos exagerados, tenía las tetas de tamaño estándar, el culo igual, pero no me jodan, esas piernas era lo que mejor poseía. (Colocaré fotos más abajo, obviamente censuradas pero resaltando lo que realmente importa).
Siempre tuve una gran relación con Maria, la hacía reír, siempre, se alegraba bastante cuando llegaba, sobre todo cuando llegaba con detalles, hasta por un momento llegue a pensar que quizás estaba siendo más detalloso con Maria que con Isabel, mi firme. Creo que un don que tuve siempre fue el saber tratar con gente mayor, sobre todo con madres, desde que tengo uso de razón, siempre llegaba a ser el amigo preferido de las mamás de mis amigos.
Habían momentos donde me quedaba en la cocina con Maria, mientras esperaba a Isabel que salga de alistarse o que sea lo que haya estado haciendo, esos momentos para mí fue como plantar las semillas para lo que ocurriría después, en uno de esos momentos clave Maria estaba cocinando, me ofreció un vaso de chicha, yo veía sentado como lo hacía, obviamente mirando nada más que sus piernas, sus sandalias con plataforma que marcaban esas pantorrillas tan deliciosas... esto es lo que recuerdo...
- Maria: y a donde van hoy? yo pensé que se quedarían, para que prueben un poquito al menos del ají de pollo que estoy haciendo.
- Yo: Quedamos con unos amigos para ir a Miraflores, hay una mini feria de cositas que le gustan a Isabel, pero no se preocupe que yo pruebo ahorita, yo le doy el veredicto!

- Maria: Ya, ven, prueba ahorita dime que le falta
Para esto, me paré y me puse tan cerca de ella que pude oler ese perfume tan rico que usaba, un olor a vainilla algo fuerte, mezclado con un aroma a tía fuerte que añoraba una buena pinga joven.
- Yo: *mirando directamente a sus ojos después de probar* Esta buenazo, ese picor que le dejó le da el toque, tiene muy buena mano señito (como acostumbraba a decirle)
- Maria: *riéndose súper coqueta y mirándome con fuego en los ojos* Que bueno, si no te quedas, te voy a guardar entonces.
Si, quizás fue una interacción que muchos dirán que no dijo ni , pero para mí, fue como abrir una puerta nueva, se sintió una energía bieeeen lujuriosa, al volver a mi sitio la barrí completamente con los ojos, ella, quien se presentaba por primera vez de esa forma casi coqueta, siguió en lo suyo y de rato en rato me buscaba con la mirada, obviamente yo correspondía y seguíamos hablando de quien sabe que, hasta que Isabel salió, nos fuimos sin antes despedirme con un beso bien plantado en su mejilla, básicamente le chupe todo el cachete y su respectiva agarrada de cintura.
Si cuento las ocasiones en donde hubo interacciones similares, esto se extenderá demasiado, así que como dije al inicio, voy a ir directo a la carne...
(FOTOS REALES)




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