Hace poco unos patas estuvieron en este antro pero tuvieron que pasar las de Caín pero mas que todos por estar en tragos y drogados, ahora que andan mencionando sobre las desdichosas aventuras que a uno le pasan en este antro, no me queda otra que darles una crónica de lo sucedido con mis amigos, me lo paso un pata que no es cucardero pero por asares del destino cayo aquí y cayo mal jajajaj y este es su relato; espero se entretengan:
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Crónica de una visita mal realizada
Cómo nunca habíamos ido a Las Cucardas, uno de los burdeles más conocidos de Lima, sucedio un dia viernes 08 de noviembre a las 11.30 pm; decidimos recurrir a un guía. Luego de un par de llamadas nos contactamos con "Diablo", amigo de toda la vida, para que fuera el encargado de conducirnos a aquel conocido antro del placer. Llegó sonriente, canchero, locuaz; vestía un saco negro, un pantalón oscuro y un sombrero que sumado a su barba negra le daban un look similar al de Juan Luis Guerra.
- No estén nerviosos, yo he ido varias veces con mi viejo. Ustedes van a ser mis sobrinos así que tranquilos.
No le dimos mucha importancia a sus palabras y tomamos un taxi en Angamos. Durante el camino habló de las similitudes entre el quechua y el inglés, de los últimos días de su abuelo Tinga Tinga;
- yo tenía quince años y él estaba en la clínica con tubos, así hasta las huevas, y me dijo: huevonaso, ven acá, escucha, tienes que escribir un libro, tener un hijo y sembrar un árbol. Nunca me habían dicho nada tan profundo, me pareció un viejo sabio, no lo volví a ver, dos horas después mancó.
También apuntaba lo que se le ocurría en una libreta, hacía anotaciones sobre el tráfico, ponía frases que se le venían a la mente y realizaba descripciones del aspecto de las personas que iba conociendo como Solís, mi compañero del trabajo, o el taxista.
Cerca de las Cucardas, recordó que no tenía ni un sol. A Solís le incomodaba la presencia de este personaje al que tendría que pagarle parte de la entrada al burdel y que, además, le generaba desconfianza por las preguntas que no dejaba de hacerle; llegamos a una calle cerca de la Colonial, exactamente era la avenida Ricardo Treneman 875, pagamos al taxista y observamos. Predominaba un fuerte olor a orín, no sabíamos si la humedad de la calle se debía a garúa o a los orines. Una pared morada con un letrero y algunos hombres haciendo cola. ¿Nada más? Algo decepcionante, pensábamos que sería un lugar más grande e iluminado, más parado.
Los países europeos tienen más desarrollada la problemática de la prostitución brindando mayor estabilidad y seguridad laboral a las trabajadoras sexuales. En Sudamérica, Uruguay es el más avanzado en cuanto a reglamentación, hay una ley donde a las trabajadoras sexuales las reconocen como trabajadoras independientes, o sea obtienen beneficios laborales, en Ecuador han sacado una normativa de reconocimiento. En el Perú, Alex Kouri dio la ordenanza para que las trabajadoras sexuales del Callao tengan reconocimiento. Es la única normativa, Nos había comentado Ángela Villón, presidenta de la organización Miluska, Vida y Dignidad.
Nos quedaban tres días para la entrega del trabajo, sino Camilo, el profe de Redacción Periodística nos pondría cero. Yo me había cambiado a derecho pero el periodismo me seguía interesando
hasta ahora, así que habilité el curso. Originalmente mi trabajo iba a ser una entrevista a Armando Villanueva del Campo, pero una discusión con mi contacto, una antigua dirigente aprista (mi vieja), lo frustró. Mi profe después de tanto paseo nos gritó:
- Ya, Balladares. A usted ese trabajo ya no le va a salir
¡Solís! Usted y Balladares váyanse a Las Cucardas. ¡Ahorita! Les quedan 3 días para hacer un tema, que sea la prostitución.
Nos acercamos a la cola, pagamos nuestras entradas y la de "Diablo", que se puso a conversar casi abrazando a un "VIP". Nos revisaron muy bien, palpándonos hasta casi tocar nuestras partes más íntimas, ingresamos al burdel, y de pronto la temperatura y el olor cambiaron radicalmente, ambientador barato y mucho calor. Las prostitutas esperaban en la puerta de sus cuartos, algunas caminaban por los pasillos promocionándose, mostrando sus cuerpos semidesnudos. Dimos varias vueltas por el primer piso, la salsa de Tito Nieves estaba a todo volumen, "Diablo" se acercó a una meretriz negra y gorda, la agarró de la cintura y le habló al oído, coqueteando:
- Chocolatito, ¿cómo es mi amor?,
- Sesenta, precioso. Incluye todo el servicio., respondió la negra.
Diablo, sin responder se dirigió al baño con ansiedad, nosotros lo seguimos. En ese momento me llamó mi novia quien no imaginaba mi paradero.
y colgué mientras observaba a Diablo que se encerraba en uno de los cuartitos de los waters pero no por necesidades fisiológicas.
Al salir del baño vimos unas escaleras que llevaban hacia un segundo piso, subimos. Allí mejoró la situación. Por fin encontramos mujeres con las cuales un polvo no implicaría degradación. Inexplicablemente, pese a que ese segundo piso contaba con una barra, atractivas mujeres y un escenario que ofrecería un show, la cantidad de hombres era menor que la del primer piso. Diablo otra vez se dirigió al baño y regresó más inquieto que antes. Se alejaba de nosotros a cada rato, desaparecía por momentos, no cabía en su pellejo, con las muecas estaba ya que se mordía la oreja con los secretos. Hablaba con toda la gente como si fuera el cliente más antiguo y todos lo conocieran mucho. Sobre todo con los VIPS, a los que trataba como íntimos amigos; hablaba con ellos y nos saludaba desde lejos, nos señalaba y los VIPS reían. Cuando por fin se sentaba con nosotros, en menos de un minuto estaba de pie para seguir husmeando por todos los rincones del lugar
- Estén tranquilos, los veo muy estresados, están nerviosos muchachos ¿qué pasa?, ¡¡¡¡¡estamos en Las Cucardas!!!!, gritaba eufórico y alegre.
Nos sentamos a esperar el show y pasó ante nosotros una chica hermosa, joven, un precioso fruto terrenal, de una belleza inconcebible para el lugar en que nos hallábamos. Esa princesa de lupanar, seguramente colombiana, tenía un cuerpo que parecía esculpido por Fidias, era claramente menor que cualquier otra mujer de allí, buenos senos, firmes, y pelo castaño lacio oscuro que contrastaba con su piel muy blanca. Era delicada, fina, una escultura de marfil. Se sentó sola en la barra y prendió un cigarrillo, sin embargo nadie se le acercaba. Ay ¡Belleza soberbia de las que intimidan! pues. Era Estrella de Los Geniecillos Dominicales o por lo menos así me la imaginaba. Yo, pequeñoburgués estudiante de derecho en un prostíbulo del Cercado de Lima, qué novelesco, qué ribeyriano. La chica parecía no pertenecer allí. ¡Imposible! Sin mucho esfuerzo, en nuestra opinión, ella podría conseguir un mejor trabajo, de repente como anfitriona o modelo. Quizás la ansiedad de querer dinero rápido la obliga a vender su cuerpo, prostituirse. Evidentemente, ingenuos, no sabíamos nada del tema. El sociólogo Manuel Benza, viejo de un pata de Solís, nos explicó posteriormente.
- El afán consumista lleva a algunas mujeres a la prostitución, esto es reflejo de la decadencia de la sociedad contemporánea. Entonces para poder seguir con este consumo, que yo lo llamo irracional, siguen prostituyéndose.
Estábamos perplejos, si volviera a ese lugar solamente sería por ella.
- No se preocupen, yo le voy a hablar, yo voy a ser el nexo para el sexo, en un toque voy, dijo Diablo, que hacía poco había vuelto, otra vez, a nuestro lado.
Le preguntamos qué era lo que había estado hablando con todo el mundo y nos respondió:
- Nada, pues... He dicho que soy profesor de la de Lima, ustedes mis alumnos y que les he pagado la entrada. Hay que tener escuela, saber moverse como yo.
Casi no le hacíamos caso, no despegábamos la vista de aquella estrella de la barra quien fumaba aburrida un cigarrillo. Pasados unos minutos un VIP, Walter según él, se nos acercó y le pidió a Diablo que lo acompañe. Desconcertados, nos miramos, problemas seguramente. Pocos minutos después, vino otro VIP, un moreno corpulento, era nuestro turno, no estábamos equivocados. Nos condujo al mismo baño a donde Walter había conducido a Diablo. Lo encontramos contra la pared siendo revisado, en calzoncillos.
- Así que periodistas, dijo Walter al vernos,
- las chicas me han estado hablando de ustedes, que vienen a investigar, a joder acá. Perdieron, ahora yo los investigo. ¿Periodista eres?, entonces te voy a revisar bien. Agregó,
Más sorprendente que nuestra situación era que nuestro amigo Diablo insistía en su descabellada historia del profesor universitario, aunque
conociéndolo tantos años nada debería sorprenderme de él. El VIP rebuscó su pantalón, ni una cámara ni una grabadora, no encontró más que un chamo, la libretita con apuntes locos, un par de puchos doblados y su billetera sin plata. Entonces concentraron su atención en nosotros, pensamos que nos golpearían si no cooperábamos. Noté un arma, tal vez una Glock, en el cinturón de Walter. Su compañero tomó a Solís por el hombro y lo empujó fuerte contra una esquina.
- Ahora tú. Solís se negaba.
- Mira que te lo estoy pidiendo de buenas maneras.
El VIP insistía con Solís mientras Walter nos hacía las mismas preguntas que a Diablo quien continuaba empecinado en su cuento del profesor progre, dándome la contra, en perjuicio de Solís quien forcejeaba con el otro VIP que lo quería desvestir. Llamé a un costado a Walter y con discreción intenté explicarle en voz baja.
- Mira primo, escúchame, ven, ven acércate. Primito, hemos venido a conocer. Mi amigo ni cagando está bien pes, mi pata está mal, no es profesor, no le hagan caso, se ha inventado todo, ya en un rato nos vamos a ir. ¿Ok?
Las cejas del Walter dejaron de estar tensas, su expresión cambio, seguía desconfiado pero ya no estaba molesto; hasta que su compañero encontró el blackberry de Solís que, según ellos, no podía haber ingresado al local. Había que dejarlo registrado en la entrada, Solís se negó rotundamente, y Diablo insistía en que era profesor de periodismo y nosotros sus alumnos. Lo miramos con furia, no guardó silencio, continuó. Decidimos salir del lugar.
- Entonces está bien, está bien. Nos vamos, ya salimos, ya salimos. ¿Ok?
Caminábamos hacia la salida, los VIPs nos escoltaban y Diablo gritaba desde atrás:
- ¡Oe, qué hacen, cómo nos van a botar, todavía es temprano, hay que quedarnos un rato más!, ¡No hemos pagado por las huevas!.
- No te preocupes, tú no has pagado nada., le respondió Solís, amargo y con el cuello de su polo anchado. Nos fuimos
No sin antes recibir de estos tipos una reveranda paliza y todo por andar con un fumon y drogadicto como nuestro amigo Diablo
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Espero se hayan entretenido
Saludos