Claudia era un sambita puta hincha del alianza, tenía una rosa tatuada en el hombro con el nombre de un hombre. Hoy esta semi retirada, gorda y llena de hijos bastardos, (le gustaba sin condón) como tenía mi fono un día me llamo para sugerir un encuentro (le faltaba plata) hace un par de años, le mandé un billete por giro bancario, luego al ver sus fotos actuales, me desanimó y hago largo el encuentro, esta convertida en una vaca, le digo que se quede con La Plata que no tengo tiempo. No le gustó, se puso a contarme sus problemas económicos (tratando de dar pena) luego me dijo que era como todos los hombre, mentiroso. Finalmente se molestó y dejó de hablarme. Recuerdo la tarde que la conocí en el troca, era entonces una sambita de facciones suaves, dientes blancos tras sus labios carnosos de negra. (Boca de mamona), estaba con pantalón vaquero barato que se pegaba a su culo como una funda, polo y sandalias. Me ofreció buen trato, me dio una mamada espectacular y cuando estaba por terminar me rogó que se la meta por el culo.
-Que puta eres- le dije, a manera de halago- no me hables de ese modo, no me gusta- respondió, mientras introducía mi verga en su recto.
Le gustaba por el culo, le gustaba chupar verga y su concha era un manantial tibio que se anegada al contacto de mi verga. Fue una de mis putas favoritas. Claudia la sambita aliancista era contradictoria, decía que no me gustaba mucho ir a trabajar, pero cuando tenía la pinga en la boca, parecía que toda su vida se concentraba en ese momento, por la forma que miraba, gemía y se movía cuando la penetraba anal y vaginal vaginalmente, entendía lo muy aficionada que era al pene.
-yo cocino muy rico- dijo un día, mientras se lubrica el asterisco.
- cocino mejor que los restaurantes- afirmó con su sonrisa de dientes anchos y blancos como choclos(dientes de negra). Luego cierra los ojos mientras mi pinga se habré paso a través de su esfínter.
Yo conozco algo de negocios y le recomiendo que venda comida si cocina tan bien. Recordando su queja sobre el oficio de puta. -yo te puedo presentar varios amigos que comen menu, le llevas todos los días y ganas tu plata-
Me cubrió con el ámbito risueño de sus ojos negros y dijo.
-nooo, me daría vergüenza ir vendiendo comida-
Me quedé sorprendido por la respuesta, mientras pensaba decirle - y alquilar el culo, no te da vergüenza??- no le dije nada, a esta putita le gusta la plata fácil, lo de la vergüenza era huevadas. Típica puta, claro que a ella no le gustaba que le digan lo puta que era.