Anita es muy linda, inspira ternura por la frescura de su rostro y el albor de su piel. Su baile, si bien no es espectacular como el de Marina, que por cierto efectivamente esta gestando; es muy excitante, el movimiento de caderas que hace es sorprendente, cuando vi ese movimiento, no pude dejar de pensar como lo movería en una sesión amatoria.
Después que termino su baile, la mande a llamar, el mozo me dijo que estaba ocupada, la esperé como media hora, al fin la vi venir hacia mi, radiante, su juventud realza su belleza hasta su máxima expresión: todo en su cuerpo parece estar en perfecta armonia, su bello rostro, el tamaño de sus senos y caderas, todo. Una jarra en la antesala de los privados como lo hago con todas las Kinesiologas... perdón, con todas las ficheras que recién conozco; las generales de ley, amenizadas por una conversación amigable, para entrar en confianza. "Vamos para alla" me dice, señalandome la zona pública al frente de la tarima de baile. "No, yo más bien quiero ir para el otro lado, más para allá" señalandole los privados del primer piso, le digo y, asi le logro sacar una carcajada.
Después de un par de jarras en la antesala, ingresamos al privado, en el primer piso, una jarra de treinta y que empiece el festín cariñoso. Se pone muy cariñosa, se sube encima mio y empieza a moverse como lo hacía en su baile, es incansable la pequeña, después cambia de posición dándome la espalda, mis manos instintivamente empiezan a tocar sus senos firmes, sus pezones muy erectos hacen que mi excitación se multiplique, a pesar que está caliente y un poco sudadita, su piel emana un olor muy rico, fresco. No puedo más, quiero tirármela ahí mismo, como lo hice con Marina. "Aqui no" me dice, "No puedo, todos van a ver" "Pero yo quiero estar contigo" le insisto. "Vamos al cuarto de adentro" me dice, y me quedo un poco perplejo. En ese momento, me encuentro en un estado de exictación que a alcanzado su punto máximo, asi que es imposible dar marcha atraz, cueste lo que cueste. "Vamos" le digo. Llama al mozo y le pide que le aliste el cuarto, entramos a un pequeño pasaje, rodeado de cajas y cajas de cerveza, que culmina en lo que parece ser, el "vestuario" de las chicas, un armario metálico con muchos casilleros, donde aparentemente las chicas guardan sus pertenencias. En un momento de lúcidez, le pregunto cuanto me va a costar esto, "S/. 150" me responde, y me asegura que aquí voy a poder tirármela; le pido al mozo que me consiga un condón y que lo traiga con el champagne o lo que sea.
El mozo trae el vino que es tinto y lo sirve, me cobra, me dá el condón y nos deja solos. Me hace un baile muy sensual y poco a poco se va despojando de su atuendo, hasta quedar completamente desnuda; por mi parte, me quito la camisa, la correa y me bajo ligeramente el pantalón. Le entrego el condón y ella me lo pone, me causa sorpresa el cuidado con que coloca el condón, parece ser muy exigente en cuestiones de seguridad. Introduce mi pene en sus labios, le levanto el pelo, que por su loock, tapa semejante espectáculo, con sus manos acaricia mis testículos de una forma que me hace sentir muy rico. Rapidamente se sube encima mio y empieza la acción, sus movimientos de caderas, son tan rápidos que hago esfuerzos sobrehumanos para no acabar ahí mismo, chupo sus senos firmes, sus pezones, "Despacio" me dice; esgrime unos gemidos muy tímidos, que casi no se escuchan, pero que a la vez, me arrechan mucho más, apreto sus gluteos con mucha intensidad; le digo para cambiar de posición, ahora estamos en posición de perrito, pero no de hortelano. En ese momento, entra el mozo. Sin darme cuenta, la botella está vacía, seguramente estaba tan distraido que alguien entró o la misma Anita, votó la botella de vino al piso "¿Otra botellita doctor?" me dice el mozo, lo pienso, la miro a ella, y en ese momento me estampa un beso en los labios que me deja completamente indefenso como para negárselo. Como ya no tengo efectivo y, Anita está encima mio con mi pene en su vágina, le digo al mozo para pagar con tarjeta, "No hay problema" me dice, todo esto sucede en cuestión de segundos, se va el mozo y de nuevo a la acción. La otra botella, se queda llena, porqué el vaso del anterior vino, está totalmente lleno. La echo en el pequeño sillón, le abro las piernas para darle ráfaga, pero es muy incómodo, le pido que se siente y que abra las piernas, encuentro una posición más o menos cómoda y le doy de alma, siento sus gemidos genuinos, seguramente por la rápidez de mis movimientos y en unos segundos más termino. Que rico xD, buena chica, ese día en ella me gasté poco más de S/. 400, ¿los vale? no lo se, me he tirado un par de Kinesiologas de $ 100, con las me he quedado muy decepcionado. ¿que dicen ustedes cofrades?
Pd: Apostol 13, cuando seas VIP, te respondo todo lo que quieras... jajajaja, mentira, broma amigo, no he tenido tiempo. Saludos.