golosisimaperu
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Reciban todos un saludo, disculpen por el largo silencio pero han pasado muchas cosas desde que publique mi ultimo relato.
Comenzare contándoles que mi madre sufrió un accidente que hizo que viniera de urgencia a Lima, si estuve en Lima por casi mas de un mes al lado de mi madre en la clínica acompañándola, gracias a dios ya se encuentra bien de salud, y ahora me encuentro de nuevo en mi querido México.
Sin embargo el motivo de este mensaje es para contarles lo que sucedió durante mi estadía en Lima, como no quería incomodar ni a mi padre ni algún familiar me fui a alojarme a mi antiguo depa de casada.
Las primeras noches fueron una tortura, la pasaba llorando y lamentando la ruptura de mi matrimonio, todo el día me la pasaba en la clínica a ella venían a visitar mis tíos, abuelos, y primas para ver la situación de mi madre lo que me ayudaba mucho, pero al quinto día llego a visitar a mi madre mi tía Teresa y su pareja Juan (deben recordar a mi tía Teresa que se hizo popular por mis relatos), estaba al tanto de mi situación familiar y personal, me abrazo y trato de consolarme; escucharla hablar lamentando mi divorcio y la situación delicada de mi madre provoco que estallara en llanto, mi tía me trato de consolar y me invito a su casa para conversar mejor, al inicio me negué pero luego del pedido de mi padre termine aceptando su invitación, sabia que su esposo estaría ahí, pero sinceramente no tenia cabeza para pensar en ello.
Cuando finalizo el horario de visita en la clínica mi tía Teresa y su esposo me llevaron en su auto a su casa que se encuentra en Surco, me ofreció unos tragos que ella misma preparo y poco a poco fui contándole el origen de mi separación, de mis visitas al ginecólogo, de como mi esposo se había enterado, mis suplicas por que me perdonara, solo había sido un coqueteo que se me había ido de las manos. Luego le pregunte: sabes algo de mi ex? mi tía me contó que había oído por mi madre que Andree, luego de la firma de los papeles de divorcio, al no poder ubicarme, se había regresado a España y no habían vuelto a saber de él. Me caían las lagrimas de los ojos mientras mi tía me abrazaba y trataba de calmarme, sin buscarlo me ayudo a desahogarme y termine más tranquila, mas resignada, luego de un rato ya sentía los efectos del alcohol en mi cuerpo, así que agradecí a mi tía y me quise retirar.
Mi tía me lo impidió ya era pasada la media noche así que me dijo: Nada de eso Jaqui hoy te quedas en el cuarto de huéspedes. Pero tía no quiero incomodar además me parece un abuso le dije; no digas eso Jaqui además no deberías dormir en tu departamento si te trae tan tristes recuerdos, al menos pasa esta noche aquí.
El cuarto de huéspedes se encontraba al lado del cuarto de mi tía, mi cabeza me daba vueltas así que me puse cómoda y me dispuse a dormir, debo haberme quedado seca por los efectos del trago porque no recuerdo nada hasta que unos ruidos me despertaron, mire la hora y eran más de las 2 am, acerque mi oído a la pared y se escuchaban los gemidos de mi tía, me entro muchísima curiosidad y por un momento estuve tentada de salir sigilosamente y espiar desde la puerta del cuarto de mi tía.
Podía escuchar a mi tía decirle a juan: que rico, que gusto me das con tu lengua, así no te detengas mi vida que placer le das a tu perrita, me tienes a mil.
Luego oí a Juan decirle a mi tía: ponte en 4 Teresa me encanta darte desde atrás, así que ricas nalgas, ábrete las nalgas con tus manos y recibe mi verga.
Mi tía le respondía: uhmm si dame duro mi cielo, nadie me cacha como tu Juan, hoy estas un toro así rómpeme en dos.
Los gemidos y susurros de mi tía y Juan me estaban calentando a mas no poder, hace buen tiempo que no tenía relaciones y eso me estaba causando efectos embriagantes en mí, me eche en la cama y empecé a acariciarme mi cuerpo, como estaba durmiendo con mi brasier y mi tanga, empecé a acariciarme y masturbarme bastante suave, ahogaba mis gemidos y me mordía los labios mientras llevaba un seno a mi boca y succionaba mi pezón, mis gemidos eran más fuertes cuando llegue a mi orgasmo y tuve que tapar mis labios con mi mano y suspire largo y profundo, me lleve mis dedos húmedos a mis labios para saborear mis flujos, quedándome dormida.
Debe haber pasado un buen rato cuando sentí en medio de mi sueño una mano acariciando mis piernas muy suave, unos dedos subiendo a mi pubis y jugando en mi entrepierna depilada uhmmmmm suspire aun sin reaccionar y dejaba que esa mano hurgará en mi cuerpo mientras me arrancaba muy suaves suspiros, luego otra mano que acariciaba muy suave mi seno aplicando las yemas de los dedos en todo el contorno de mi seno para luego tirar de mi pezón, ahí desperté sobresaltada, aun excitada por las caricias que seguía recibiendo y mi cabeza que me daba vueltas. Mire a este intruso y era Juan que me hacia una seña para que guardara silencio, la mano que acariciaba mi seno subió y empezó a acariciar mi cuello, mis mejillas, mi rostro, era tan cariñoso y yo lo dejaba hacer su otra mano ahora me masturbaba muy suave mi entrepierna y empezó a sonreírme para luego acercar su rostro al mío y fundirnos en un beso, mi cabeza me daba vueltas y sus dedos ahora salían mojados una y otra vez de mi sexo.
Sus besos eran, suaves, apasionados y tiernos. Despacio empezó a bajar y beso mis senos, lamio mi pezón, mis dedos se metieron entre su pelo, acariciándolo y ofreciéndole mis tetas. Siguió bajando y lamiendo mi abdomen, mi ombligo, acercándose a mi entrepierna, yo gemía muy suave y mordía mis labios para no hacer ruido. Yo sentí como un líquido caliente escurría de mi sexo. Juan levanto la cabeza y me dijo: Ahora sabrás porque tu tía goza como una perra y no me deja. Volvió a bajar su boca a mi entrepierna y continúo sus besos sobre mi sexo, no me di cuenta cuando su lengua sustituyó a sus labios. A las primeras lamidas me llegó el primer orgasmo. Yo cerré mis ojos, tenía ganas de gritar y demostrarle como me estaba haciendo venir. Mis gemidos, aunque contenidos, debieron ser escuchados por Juan, quien aumentó los movimientos de su lengua. Su boca estuvo pegada a mi sexo por largo tiempo, no imaginé que fuese a sentir un placer como ese, ahora entendía a mi tía Teresa, Juan era completamente diferente, su lengua y sus dedos alargaron mi orgasmo y casi quedo inconsciente. Cuando sentí que Juan retiraba su boca, abrí los ojos, viendo como él tomaba mis tobillos con sus manos separándolos al máximo y levantándolos. El hincado frente a mi, colocó su pene sobre mi sexo, lo frotó varias veces sobre mi sexo, recorriendo mis labios vaginales y tocándome el clítoris con la punta.
Acomódalo me dijo, más que una petición fue una orden.
Lo tomé con mi mano, era la primera vez que tenía su verga en mis manos me di cuenta que era de buen tamaño, por un momento lo quise en mi boca pero no me lo permitió. Lo coloqué en la entrada de mi vagina y con lentitud, él me metió la punta, hizo su cadera hacia delante enterrándome todo su pene sin dificultad. Metió toda la longitud de su pene dentro de mí. Sentí riquísimo, campanas, alarmas y cohetes sonaban en mi cabeza ¡Que rica penetración! El comenzó el mete y saca, cada vez aumentando la velocidad de la cogida. Moví mi cadera para acompañar el entrar y salir su miembro. Juan soltó mis tobillos y colocó sus puños cerrados a los lados de mis hombros, apoyándose en sus puños y rodillas para sacar y clavarme todo su miembro. Me cogió una y otra vez muy rico. Yo abracé su cintura con mis piernas, aflojando mi cuerpo concentrándome en gozar y recuperar el tiempo sin sexo pleno. Un calor especial llenó mi cabeza. Ya no contuve mis gemidos que fueron muy sonoros cuando me llegó el orgasmo. Juan me tapo la boca con su mano y me penetro más rápido, yo me sujeté de su cuello con mis brazos y le besé la boca con desesperación, moviendo mi cadera rapidísimo para tratar de exprimir su verga con mi vagina. Prácticamente quedé colgada de él. Juan puso una mano detrás de mi cadera, empujándome contra él. Mi orgasmo se hizo largo. Terminé, pero yo aún quería más verga. Me descolgué de Juan, volteándome inmediatamente, para que me penetrara desde atrás. El puso una mano en mi abdomen, y me jaló hacia su cuerpo. Sentí las arremetidas fuertes de su pene, muy profundas. Su otra mano me acariciaba la espalda y el cuello. Sentí sus dedos cerca de mi rostro, moví mi boca para alcanzar uno de sus dedos y se lo chupe como si fuera un pene. Juan aumentó la fuerza con que me cogía, haciéndome venir otra vez. No entendí lo que me dijo, pero él también estaba gozándome. Sus palabras fueron seguidas de una gran cantidad de líquido caliente en el fondo de mi vagina. En medio de mi venida sentí los espermas de Juan dentro de mi conchita. Cuando terminó de venirse, se dejó caer sobre mí, rodando su cuerpo inmediatamente para quedar a mi lado.
¡Uhhhfffff! ¡Que venidota! me dijo.
¡Sí, estuvo rica! le contesté.
Ahora entiendes porque tu tía disfruta cuando cacha conmigo?, ella adora mi verga y no la deja, es mi putita y ahora tú también lo serás. Así que ven y chúpame la verga Jaqueline.
Yo no dije nada, simplemente me hinqué dirigiendo mi boca directamente a su miembro. Puse mi mano en sus testículos, acariciándolos mientras trataba de hacer reaccionar su pene otra vez. Con mi mano bajé la piel de su cabeza y con mi lengua recogí los restos de semen que habían quedado ahí. Probé su semen, me gustó. Acariciaba sus testículos, y mientras lo masturbaba lamia su verga, el miembro de Juan poco a poco reaccionó, mientras me acariciaba mis cabellos diciendo: eres tan caliente como tu tía, sigue así y mi verga te dará el placer que necesites. En poco tiempo se puso completamente duro, yo seguí mamándolo y acariciando sus huevos con mi mano. Sentí la mano de Juan acariciando mis nalgas, celebrando lo grandes y firmes que están. La necesidad de tener la verga adentro me llegó otra vez. Dejé mi mano en su verga para metérmelo tan pronto lo cabalgué. Nos tomamos de las manos entrelazando nuestros dedos, él dejando que yo me clavara su miembro al ritmo que yo quisiera. Primero subía y bajaba mi cadera lentamente, enterrándome por completo su pene, después me moví en todas las direcciones. Juan levantó sus antebrazos, sin soltar mis manos, para que sus codos sirvieran de apoyo a mis brazos. Cada movimiento de mi cadera fue acompañado de presión de mis piernas y vagina sobre su miembro. Yo quería hacer gozar también a Juan. Poco a poco sentí como mi orgasmo se preparaba, mis movimientos fueron violentos cuando me vine otra vez. No dejé de moverme, me concentré en hacer terminar también a Juan, prolongando así mi orgasmo. De pronto él soltó mis manos y agarró mis pechos con fuerza dándome unas metidas de verga muy fuertes; también se vino.
Caí sudorosa en la cama y muy agitada, y quede profundamente dormida. Ya era de día y mi tía me tocaba la puerta del cuarto indicándome que era hora de despertar, me levante de golpe, mi cabeza me daba vueltas, que había sido todo eso???, estaba desnuda en la cama y parecía que por ahí había pasado una tormenta. Por dios cogí con el marido de mi tía, pero que había hecho, ese hombre me había hecho suya finalmente y me sentía tan bien.
Me fui a duchar, me puse cómoda y baje a ayudar a mi tía en lo que pueda, desayunamos y le agradecí por su hospitalidad. Sobrina te veo distinta como si te hubieras quitado un peso de encima, me puse roja y solo le dije que después de tiempo había dormido tan bien. Luego de un rato me despedía y tomaba un taxi a mi depa para cambiarme de ropa e ir a la clínica, cuando buscaba en mi bolsillo encontré un recado de Juan:
Me gusto cogerte anoche putita eres más caliente que tu tía, hoy por la noche iré a cogerte a tu depa espérame, Juan.
Me mordí los labios excitada, esperaría con ansias que sea de noche y me hiciera suya
continuara.....
Comenzare contándoles que mi madre sufrió un accidente que hizo que viniera de urgencia a Lima, si estuve en Lima por casi mas de un mes al lado de mi madre en la clínica acompañándola, gracias a dios ya se encuentra bien de salud, y ahora me encuentro de nuevo en mi querido México.
Sin embargo el motivo de este mensaje es para contarles lo que sucedió durante mi estadía en Lima, como no quería incomodar ni a mi padre ni algún familiar me fui a alojarme a mi antiguo depa de casada.
Las primeras noches fueron una tortura, la pasaba llorando y lamentando la ruptura de mi matrimonio, todo el día me la pasaba en la clínica a ella venían a visitar mis tíos, abuelos, y primas para ver la situación de mi madre lo que me ayudaba mucho, pero al quinto día llego a visitar a mi madre mi tía Teresa y su pareja Juan (deben recordar a mi tía Teresa que se hizo popular por mis relatos), estaba al tanto de mi situación familiar y personal, me abrazo y trato de consolarme; escucharla hablar lamentando mi divorcio y la situación delicada de mi madre provoco que estallara en llanto, mi tía me trato de consolar y me invito a su casa para conversar mejor, al inicio me negué pero luego del pedido de mi padre termine aceptando su invitación, sabia que su esposo estaría ahí, pero sinceramente no tenia cabeza para pensar en ello.
Cuando finalizo el horario de visita en la clínica mi tía Teresa y su esposo me llevaron en su auto a su casa que se encuentra en Surco, me ofreció unos tragos que ella misma preparo y poco a poco fui contándole el origen de mi separación, de mis visitas al ginecólogo, de como mi esposo se había enterado, mis suplicas por que me perdonara, solo había sido un coqueteo que se me había ido de las manos. Luego le pregunte: sabes algo de mi ex? mi tía me contó que había oído por mi madre que Andree, luego de la firma de los papeles de divorcio, al no poder ubicarme, se había regresado a España y no habían vuelto a saber de él. Me caían las lagrimas de los ojos mientras mi tía me abrazaba y trataba de calmarme, sin buscarlo me ayudo a desahogarme y termine más tranquila, mas resignada, luego de un rato ya sentía los efectos del alcohol en mi cuerpo, así que agradecí a mi tía y me quise retirar.
Mi tía me lo impidió ya era pasada la media noche así que me dijo: Nada de eso Jaqui hoy te quedas en el cuarto de huéspedes. Pero tía no quiero incomodar además me parece un abuso le dije; no digas eso Jaqui además no deberías dormir en tu departamento si te trae tan tristes recuerdos, al menos pasa esta noche aquí.
El cuarto de huéspedes se encontraba al lado del cuarto de mi tía, mi cabeza me daba vueltas así que me puse cómoda y me dispuse a dormir, debo haberme quedado seca por los efectos del trago porque no recuerdo nada hasta que unos ruidos me despertaron, mire la hora y eran más de las 2 am, acerque mi oído a la pared y se escuchaban los gemidos de mi tía, me entro muchísima curiosidad y por un momento estuve tentada de salir sigilosamente y espiar desde la puerta del cuarto de mi tía.
Podía escuchar a mi tía decirle a juan: que rico, que gusto me das con tu lengua, así no te detengas mi vida que placer le das a tu perrita, me tienes a mil.
Luego oí a Juan decirle a mi tía: ponte en 4 Teresa me encanta darte desde atrás, así que ricas nalgas, ábrete las nalgas con tus manos y recibe mi verga.
Mi tía le respondía: uhmm si dame duro mi cielo, nadie me cacha como tu Juan, hoy estas un toro así rómpeme en dos.
Los gemidos y susurros de mi tía y Juan me estaban calentando a mas no poder, hace buen tiempo que no tenía relaciones y eso me estaba causando efectos embriagantes en mí, me eche en la cama y empecé a acariciarme mi cuerpo, como estaba durmiendo con mi brasier y mi tanga, empecé a acariciarme y masturbarme bastante suave, ahogaba mis gemidos y me mordía los labios mientras llevaba un seno a mi boca y succionaba mi pezón, mis gemidos eran más fuertes cuando llegue a mi orgasmo y tuve que tapar mis labios con mi mano y suspire largo y profundo, me lleve mis dedos húmedos a mis labios para saborear mis flujos, quedándome dormida.
Debe haber pasado un buen rato cuando sentí en medio de mi sueño una mano acariciando mis piernas muy suave, unos dedos subiendo a mi pubis y jugando en mi entrepierna depilada uhmmmmm suspire aun sin reaccionar y dejaba que esa mano hurgará en mi cuerpo mientras me arrancaba muy suaves suspiros, luego otra mano que acariciaba muy suave mi seno aplicando las yemas de los dedos en todo el contorno de mi seno para luego tirar de mi pezón, ahí desperté sobresaltada, aun excitada por las caricias que seguía recibiendo y mi cabeza que me daba vueltas. Mire a este intruso y era Juan que me hacia una seña para que guardara silencio, la mano que acariciaba mi seno subió y empezó a acariciar mi cuello, mis mejillas, mi rostro, era tan cariñoso y yo lo dejaba hacer su otra mano ahora me masturbaba muy suave mi entrepierna y empezó a sonreírme para luego acercar su rostro al mío y fundirnos en un beso, mi cabeza me daba vueltas y sus dedos ahora salían mojados una y otra vez de mi sexo.
Sus besos eran, suaves, apasionados y tiernos. Despacio empezó a bajar y beso mis senos, lamio mi pezón, mis dedos se metieron entre su pelo, acariciándolo y ofreciéndole mis tetas. Siguió bajando y lamiendo mi abdomen, mi ombligo, acercándose a mi entrepierna, yo gemía muy suave y mordía mis labios para no hacer ruido. Yo sentí como un líquido caliente escurría de mi sexo. Juan levanto la cabeza y me dijo: Ahora sabrás porque tu tía goza como una perra y no me deja. Volvió a bajar su boca a mi entrepierna y continúo sus besos sobre mi sexo, no me di cuenta cuando su lengua sustituyó a sus labios. A las primeras lamidas me llegó el primer orgasmo. Yo cerré mis ojos, tenía ganas de gritar y demostrarle como me estaba haciendo venir. Mis gemidos, aunque contenidos, debieron ser escuchados por Juan, quien aumentó los movimientos de su lengua. Su boca estuvo pegada a mi sexo por largo tiempo, no imaginé que fuese a sentir un placer como ese, ahora entendía a mi tía Teresa, Juan era completamente diferente, su lengua y sus dedos alargaron mi orgasmo y casi quedo inconsciente. Cuando sentí que Juan retiraba su boca, abrí los ojos, viendo como él tomaba mis tobillos con sus manos separándolos al máximo y levantándolos. El hincado frente a mi, colocó su pene sobre mi sexo, lo frotó varias veces sobre mi sexo, recorriendo mis labios vaginales y tocándome el clítoris con la punta.
Acomódalo me dijo, más que una petición fue una orden.
Lo tomé con mi mano, era la primera vez que tenía su verga en mis manos me di cuenta que era de buen tamaño, por un momento lo quise en mi boca pero no me lo permitió. Lo coloqué en la entrada de mi vagina y con lentitud, él me metió la punta, hizo su cadera hacia delante enterrándome todo su pene sin dificultad. Metió toda la longitud de su pene dentro de mí. Sentí riquísimo, campanas, alarmas y cohetes sonaban en mi cabeza ¡Que rica penetración! El comenzó el mete y saca, cada vez aumentando la velocidad de la cogida. Moví mi cadera para acompañar el entrar y salir su miembro. Juan soltó mis tobillos y colocó sus puños cerrados a los lados de mis hombros, apoyándose en sus puños y rodillas para sacar y clavarme todo su miembro. Me cogió una y otra vez muy rico. Yo abracé su cintura con mis piernas, aflojando mi cuerpo concentrándome en gozar y recuperar el tiempo sin sexo pleno. Un calor especial llenó mi cabeza. Ya no contuve mis gemidos que fueron muy sonoros cuando me llegó el orgasmo. Juan me tapo la boca con su mano y me penetro más rápido, yo me sujeté de su cuello con mis brazos y le besé la boca con desesperación, moviendo mi cadera rapidísimo para tratar de exprimir su verga con mi vagina. Prácticamente quedé colgada de él. Juan puso una mano detrás de mi cadera, empujándome contra él. Mi orgasmo se hizo largo. Terminé, pero yo aún quería más verga. Me descolgué de Juan, volteándome inmediatamente, para que me penetrara desde atrás. El puso una mano en mi abdomen, y me jaló hacia su cuerpo. Sentí las arremetidas fuertes de su pene, muy profundas. Su otra mano me acariciaba la espalda y el cuello. Sentí sus dedos cerca de mi rostro, moví mi boca para alcanzar uno de sus dedos y se lo chupe como si fuera un pene. Juan aumentó la fuerza con que me cogía, haciéndome venir otra vez. No entendí lo que me dijo, pero él también estaba gozándome. Sus palabras fueron seguidas de una gran cantidad de líquido caliente en el fondo de mi vagina. En medio de mi venida sentí los espermas de Juan dentro de mi conchita. Cuando terminó de venirse, se dejó caer sobre mí, rodando su cuerpo inmediatamente para quedar a mi lado.
¡Uhhhfffff! ¡Que venidota! me dijo.
¡Sí, estuvo rica! le contesté.
Ahora entiendes porque tu tía disfruta cuando cacha conmigo?, ella adora mi verga y no la deja, es mi putita y ahora tú también lo serás. Así que ven y chúpame la verga Jaqueline.
Yo no dije nada, simplemente me hinqué dirigiendo mi boca directamente a su miembro. Puse mi mano en sus testículos, acariciándolos mientras trataba de hacer reaccionar su pene otra vez. Con mi mano bajé la piel de su cabeza y con mi lengua recogí los restos de semen que habían quedado ahí. Probé su semen, me gustó. Acariciaba sus testículos, y mientras lo masturbaba lamia su verga, el miembro de Juan poco a poco reaccionó, mientras me acariciaba mis cabellos diciendo: eres tan caliente como tu tía, sigue así y mi verga te dará el placer que necesites. En poco tiempo se puso completamente duro, yo seguí mamándolo y acariciando sus huevos con mi mano. Sentí la mano de Juan acariciando mis nalgas, celebrando lo grandes y firmes que están. La necesidad de tener la verga adentro me llegó otra vez. Dejé mi mano en su verga para metérmelo tan pronto lo cabalgué. Nos tomamos de las manos entrelazando nuestros dedos, él dejando que yo me clavara su miembro al ritmo que yo quisiera. Primero subía y bajaba mi cadera lentamente, enterrándome por completo su pene, después me moví en todas las direcciones. Juan levantó sus antebrazos, sin soltar mis manos, para que sus codos sirvieran de apoyo a mis brazos. Cada movimiento de mi cadera fue acompañado de presión de mis piernas y vagina sobre su miembro. Yo quería hacer gozar también a Juan. Poco a poco sentí como mi orgasmo se preparaba, mis movimientos fueron violentos cuando me vine otra vez. No dejé de moverme, me concentré en hacer terminar también a Juan, prolongando así mi orgasmo. De pronto él soltó mis manos y agarró mis pechos con fuerza dándome unas metidas de verga muy fuertes; también se vino.
Caí sudorosa en la cama y muy agitada, y quede profundamente dormida. Ya era de día y mi tía me tocaba la puerta del cuarto indicándome que era hora de despertar, me levante de golpe, mi cabeza me daba vueltas, que había sido todo eso???, estaba desnuda en la cama y parecía que por ahí había pasado una tormenta. Por dios cogí con el marido de mi tía, pero que había hecho, ese hombre me había hecho suya finalmente y me sentía tan bien.
Me fui a duchar, me puse cómoda y baje a ayudar a mi tía en lo que pueda, desayunamos y le agradecí por su hospitalidad. Sobrina te veo distinta como si te hubieras quitado un peso de encima, me puse roja y solo le dije que después de tiempo había dormido tan bien. Luego de un rato me despedía y tomaba un taxi a mi depa para cambiarme de ropa e ir a la clínica, cuando buscaba en mi bolsillo encontré un recado de Juan:
Me gusto cogerte anoche putita eres más caliente que tu tía, hoy por la noche iré a cogerte a tu depa espérame, Juan.
Me mordí los labios excitada, esperaría con ansias que sea de noche y me hiciera suya
continuara.....
